La iglesia se acomoda en un abrigado rincón de fuerte desnivel. Es un buen ejemplo de la austeridad románica del rural en sus formas.
Cuenta con una sola nave con ábside rectangular. Tiene dos portadas muy similares entre si, en la fachada principal y en el muro sur; ambas con una única arquivolta y con una pareja de columnas como soporte y capiteles lisos, al igual que el tímpano.
En la fachada principal y en los dos laterales apreciamos cinco canecillos decorados con líneas geométricas simples, aún que parece distinguirse alguna figura humana de una forma muy abstracta.
Coronando el muro del presbiterio se levanta una hermosa y emblemática cruz calada. Además, contiene una inscripción cincelada en un perpiaño junto a la entrada del mediodía que data la iglesia en 1266.